5 dimensiones de impacto para un propósito empresarial sólido

El propósito empresarial se ha convertido en un elemento crucial para las organizaciones que buscan trascender más allá de los beneficios financieros. 

Afortunadamente, cada vez llegan a mí más empresas con verdadero interés por identificar y desarrollar el propósito corporativo. Y más líderes con ganas de ejercer un liderazgo consciente que les alinee a ellos mismos y a sus colaboradores con el propósito de su organización. 

Muchas de ellas ya se han dado cuenta de la fuerza que tiene el propósito para su negocio, y que se materializa en aspectos tan notorios como: 

  • Que los clientes se sientan atraídos porque notan algo muy sólido detrás del proyecto, el producto o el servicio. 
  • Que los empleados se sientan vinculados al propósito, lo que hace que encuentren mucho más sentido a su labor y que tengan interés por aportar de verdad. 
  • Que la comunicación se vuelva mucho más efectiva cuando tiene al propósito organizacional como eje central. 

¿Cuál es el impacto que las organizaciones buscan generar en la sociedad?

Cuando ayudamos a los líderes de las empresas a definir el propósito organizacional e incluso a evolucionarlo, en realidad las estamos invitando a que se pregunten: 

  • ¿Cuál es el impacto que tu organización busca generar en la sociedad?
  • ¿Qué es lo que cambia en el mundo si tu empresa logra su propósito?

En términos de impacto, me gusta el enfoque en cinco dimensiones de impacto de las organizaciones que menciona August Corrons en La gestión de la responsabilidad social en las organizaciones, la editorial del número 21 de la revista Oikonomics, titulado Responsabilidad social: un modelo de gestión inaplazable.

En este artículo, August Corrons, director académico del máster universitario de Sostenibilidad y Gestión de la Responsabilidad Social (UOC), sostiene que para desarrollar un propósito empresarial sólido es necesario considerar cinco dimensiones fundamentales. Cada una de ellas contribuye de manera integral a la construcción de una empresa socialmente responsable y sostenible. 

Estas cinco dimensiones de impacto para crear un propósito empresarial sólido son: 

  1. El buen gobierno. 
  2. La dimensión laboral. 
  3. La dimensión económica. 
  4. La dimensión medioambiental. 
  5. La dimensión social. 

Al incorporar estas dimensiones en su propósito empresarial, las organizaciones no solo generan beneficios económicos sino que, además, se posicionan como agentes de cambio positivo en la sociedad y el entorno en el que operan.

1. El buen gobierno. 

La gestión basada en el buen gobierno implica la adopción de normas, principios y procedimientos que regulen la estructura y el funcionamiento de la organización. 

Para lograrlo, la transparencia y la comunicación efectiva con los grupos de interés son pilares fundamentales. 

En este sentido, la empresa debe: 

  • Impulsar una cultura de competitividad responsable
  • Implementar modelos de gestión sostenibles
  • Orientar estrategias hacia la responsabilidad social. 

La rendición de cuentas periódica y la promoción de la comunicación y el diálogo con diferentes partes interesadas son prácticas esenciales para el buen gobierno. La clave está en encontrar la forma de gobierno que se encuentra alineada al propósito y los valores de la empresa, valorando formas como la sociocracia o la holacracia. 

2. La dimensión laboral.

La gestión laboral socialmente responsable pone el foco en conseguir el bienestar de los empleados. Esto implica poner en marcha acciones encaminadas a: 

  • Garantizar la seguridad y la salud en el trabajo. 
  • Promover la conciliación entre la vida laboral, familiar y personal. 
  • Fomentar la formación y el desarrollo profesional. 

En este sentido, la empresa debe crear empleo de calidad, gestionar equipos y personas de manera responsable, asegurar ambientes laborales saludables, gestionar positivamente la diversidad y la multiculturalidad y fomentar prácticas que faciliten la conciliación y la reforma horaria. 

Merece la pena plantearse qué tipo de impacto laboral necesitamos generar de acuerdo con el propósito corporativo y, de nuevo, con los valores de la empresa. 

3. La dimensión económica. 

La gestión económica responsable abarca desde la cadena de aprovisionamiento hasta el desarrollo fiscal. 

Según esta dimensión de impacto para el desarrollo del propósito corporativo habrá que atender a: 

  • Fortalecer una fiscalidad responsable. 
  • Favorecer la compra de proximidad.
  • Incorporar criterios de responsabilidad social en las decisiones de compra. 
  • Establecer relaciones basadas en la confianza. 

Además, se debe innovar en procesos, productos y servicios, invertir en I+D+i y realizar acciones de inversión socialmente responsable. 

4. La dimensión medioambiental.

La gestión medioambiental implica abordar los retos relacionados con el medio ambiente, desde la lucha contra la emergencia climática hasta la reducción de los residuos generados por la empresa.

Las organizaciones deben adoptar medidas medioambientalmente responsables, como: 

  • Reducir consumos de recursos. 
  • Promover una movilidad sostenible. 
  • Gestionar recursos de manera eficiente. 
  • Apostar por productos y servicios respetuosos con el medio ambiente.

La adopción de prácticas sostenibles, a su vez, permite a las organizaciones reducir costos, aumentar su competitividad y contribuir a la preservación del entorno. 

5. La dimensión social. 

Por último, aunque no menos importante, una gestión social de impacto para desarrollar el propósito empresarial se centra en generar actividades que tengan un impacto positivo en la sociedad y las comunidades locales, como: 

  • Impulsar la cohesión social. 
  • Promover el consumo responsable. 
  • Integrar la responsabilidad social en la educación y la formación. 
  • Respetar los derechos humanos en toda la cadena de valor. 

Fomentar alianzas y compartir experiencias y buenas prácticas también son aspectos esenciales para contribuir al desarrollo sostenible. 

Cómo estas cinco dimensiones de impacto permiten avanzar hacia la realización del propósito empresarial

Cuando una empresa tiene en cuenta estas cinco dimensiones (el buen gobierno, la laboral, la económica, la medioambiental y la social) adquiere un enfoque integral que alinea todas sus actividades con sus objetivos fundamentales. 

De esta manera, se genera un impacto positivo en múltiples aspectos. 

En términos generales, la empresa logra relacionar su propósito con las cinco dimensiones de impacto, identificando acciones coherentes en cada una de ellas. De esta manera, logra avanzar de manera significativa hacia la realización de su propósito. 

Veamos cómo esta integración promueve la coherencia y el avance hacia la realización del propósito empresarial.

1. El buen gobierno asegura la transparencia

Cuando una empresa pone sus esfuerzos en asegurar un buen gobierno, pone en marcha acciones coherentes como la implementación de normas y procedimientos transparentes, la promoción de la comunicación efectiva y la adopción de estrategias sostenibles. 

De esta manera, al garantizar la transparencia y la responsabilidad en la gestión, la empresa construye confianza con los stakeholders, lo que contribuye directamente a la realización de su propósito de manera ética y sostenible

2. La dimensión laboral asegura el bienestar de los empleados

Al mirar hacia la dimensión laboral, la empresa se centra en desarrollar acciones coherentes como garantizar la seguridad y la salud laboral, promover la conciliación, disparar la motivación, fomentar la diversidad y desarrollar el capital humano

Cuando cuida el bienestar de los empleados, la empresa fortalece su base interna, creando un entorno propicio para el desarrollo y la productividad. Esto se alinea con un propósito centrado en el compromiso social y la responsabilidad

3. La dimensión económica promueve prácticas comerciales éticas

Cuando la organización incorpora la dimensión económica a su propósito corporativo está poniendo en marcha acciones coherentes como: 

  • Fortalecer la fiscalidad responsable. 
  • Favorecer la compra local y de proximidad. 
  • Incorporar criterios de responsabilidad social en las decisiones económicas. 
  • Establecer relaciones basadas en la confianza. 

Así, lleva a cabo una gestión económica responsable que no solo contribuye a su sostenibilidad financiera y se convierte en una buena estrategia para hacer más rentables sus proyectos. Además, también promueve prácticas comerciales éticas y socialmente responsables, lo que respalda su propósito. 

4. La dimensión medioambiental demuestra su compromiso con la sostenibilidad

Una empresa que incorpora la dimensión medioambiental pone en práctica acciones coherentes como: 

  • Una reducción del consumo. 
  • La promoción de una movilidad sostenible. 
  • Una gestión eficiente de los residuos. 
  • La apuesta por productos respetuosos con el medio ambiente. 

Todas estas acciones están encaminadas a abordar los desafíos medioambientales

Al hacerlo, la empresa está demostrando su compromiso con la sostenibilidad y reflejando coherencia con un propósito orientado a la preservación del entorno y la mitigación del impacto ambiental. 

5. La dimensión social refuerza su compromiso con la comunidad

Finalmente, cuando la empresa atiende a la dimensión social y la incorpora a su identidad empresarial buscará la realización de acciones coherentes como: 

  • Impulsar la cohesión social. 
  • Promover el consumo responsable. 
  • Integrar la responsabilidad social en la educación. 
  • Respetar los derechos humanos. 

Esta participación activa en iniciativas sociales refuerza el compromiso de la empresa con la comunidad, alineándola con un propósito que busca generar un impacto positivo más allá de sus operaciones comerciales. 


En conjunto, al integrar estas dimensiones y asegurar que las acciones en cada área sean coherentes con el propósito empresarial, la empresa crea un ambiente donde todas las actividades convergen hacia la consecución de objetivos más amplios y responsables social, económica y medioambientalmente. Este enfoque holístico no solo refuerza la identidad y la reputación de la empresa sino que también la posiciona como un agente de cambio positivo en y para la sociedad.

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