Creo en el humanismo empresarial: las personas son el centro de las empresas

Sí, es toda una declaración de intenciones. De vida, más bien. Creo en el humanismo empresarial. Es como mi mantra, la creencia que sigue mi vida profesional, pero también personal. 

Últimamente muchas personas me habéis preguntado qué es el humanismo empresarial. Y es que frecuentemente hablo de este concepto, así que ahora que he comenzado mi tesis tal vez sea un buen momento para desarrollar esta idea. 

¿Vamos allá?

El humanismo y el humanismo empresarial

Ya sabes que el humanismo como movimiento intelectual surgió durante los siglos XIV y XV, como una forma de irrumpir con el pensamiento teológico que imperaba y colocar al ser humano, sus cualidades y sus valores en el centro del universo. Este cambio de paradigma supuso una transformación radical en la forma de pensar, investigar, hacer ciencia y, en general, de afrontar la vida. 

Pues eso es para mí el humanismo empresarial: poner al ser humano, a las personas, en el centro de las empresas. 

Las organizaciones agrupan personas que, con ayuda de ciertos recursos, crean y aportan valor a otras personas. El humanismo devuelve al ser humano a su lugar y le da la relevancia que merece, el humanismo empresarial lo hace dentro del mundo de las empresas y las organizaciones. 

Al fin y al cabo, una empresa no deja de ser una organización que reúne personas en torno a un fin. ¿Tal vez podríamos llamarlo también “humanismo organizacional”? 

Las empresas como sociedades en pequeña escala

La empresa es una institución social de primer orden. En ella se establecen relaciones interpersonales a unos niveles profundos. 

Cada día pasamos muchas horas en nuestros trabajos, en nuestras empresas. Y las personas que forman parte de una empresa pasan juntas mucho tiempo de su día a día. 

Esto convierte a las empresas, por lo tanto, en una comunidad de personas que crecen y evolucionan juntas. En definitiva, las empresas son una pequeña sociedad con su cultura, sus valores y su emocionalidad. 

La teoría sistémica, con Bert Hellinger a la cabeza, lo denomina “sistema” que se rige por los principios sistémicos de pertenencia, orden y equilibrio entre dar y tomar.

Cuanto más desarrolle una empresa su factor humano, más cómoda estará una persona dentro de dicha empresa y, por lo tanto, más propensa será a esforzarse, trabajar y cuidar de su entorno. 

El humanismo y el talento

En el origen de todas las organizaciones podemos identificar un propósito superior, aquello para lo que la organización nace. Es algo que tiene que ver con el impacto que la organización quiere generar en la sociedad. 

Con las personas en el centro de la ecuación resulta evidente que estas necesitan unas condiciones adecuadas para su desarrollo. Es entonces cuando pueden ofrecer su mejor versión, sus talentos en estado puro. 

Por eso se necesitan estrategias que tengan en cuenta todas las necesidades de las personas y que faciliten la alineación de las personas con el propósito de la empresa y su sistema de valores. Y precisamente eso es lo que busca el humanismo empresarial: tener en cuenta lo que necesitan las personas que forman parte de una organización. 

Porque cuando logramos que se produzca esta alineación, las personas encuentran sentido a su actividad y se realizan a través de ella. De esta manera, contribuyen positivamente al objetivo común

El humanismo empresarial pone la mirada en las personas teniendo en cuenta la diversidad cultural, generacional y de género. El objetivo es desarrollar adecuadamente los factores que propician que las personas perciban que están trabajando en un buen lugar y, de esta manera, desarrollen un cierto sentido de pertenencia al grupo

El desarrollo del humanismo empresarial como factor de competitividad

Si comprendemos la importancia de desarrollar el humanismo en las empresas, estaremos ayudando al desarrollo de las personas y, por lo tanto, al desarrollo de la sociedad

Esto se consigue ideando y creando estrategias que mantienen un equilibrio entre el desarrollo del negocio y el desarrollo humano

Aquí entra en juego la figura del líder como esa persona capaz de generar entornos de trabajo que puedan ser percibidos como saludables. Así, en esos entornos de trabajo que cuidan de ellas, las personas estarán dispuestas a dar lo mejor de sí mismas

Por lo tanto, el desarrollo del humanismo empresarial es un factor de competitividad para las empresas. Si una empresa desarrolla adecuadamente el factor humano, poniendo a las personas en el centro, las empresas serán más adaptables y sostenibles. 

Si la empresa cuida de las personas, las personas cuidarán de la empresa. 

Medidas para implementar el humanismo empresarial

La teoría está muy bien, pero llegados a este punto, tal vez te plantees cómo una empresa puede desarrollar ese factor humano. Es decir, cómo implementar el humanismo empresarial en la práctica

A lo largo de mi vida profesional he trabajado con muchas empresas ayudándolas a crear y desarrollar estrategias de expansión que hagan crecer sus negocios. Con todas ellas siempre he mantenido el humanismo en el centro, porque creo firmemente que el humanismo empresarial es la manera más eficaz para crecer

Dependiendo de las características de cada empresa, he puesto el foco en algunas medidas u otras, o he hecho hincapié en algunas sobre otras. Pero, en definitiva, algunas de las medidas para implementar el humanismo empresarial que he detectado como más efectivas son: 

  • Cuidar la cohesión social, generando espacios diseñados para compartir, conocernos y crecer juntos. Por ejemplo: realizar jornadas de teambuilding en un entorno natural.
  • Preocuparse por las necesidades de las personas creando espacios y dinámicas que faciliten la comunicación interna y la expresión de las necesidades propias.
  • Facilitar la conciliación de las esferas personal y profesional estableciendo formas de trabajo que no precisan un control o presencialismo exhaustivo y facilitando la flexibilidad horaria en los casos en que sí se precisa el presencialismo.
  • Cuidar la salud y el bienestar de las personas proporcionando espacios en los que poder alimentarse, descansar o practicar ejercicio adecuadamente o generando soluciones que ayuden a que las personas tengan acceso a ello.
  • Poner la tecnología al servicio del bienestar de los trabajadores entendiendo cómo cada persona se relaciona con ella y ayudando a que puedan hacer el mejor uso de ella.
  • Generar dinámicas de co-creación que promuevan la participación de grupos diversos de personas en todo tipo de decisiones en la empresa.

Ahora me gustaría que me cuentes tú. ¿Cómo se cuida el factor humano dentro de tu empresa? Me encantará leerte.