Una de las herramientas que más utilizo en mis sesiones con mis clientes son los mapas mentales. Se trata de una herramienta muy potente para entender y organizar de una manera muy visual conceptos y aprendizajes, en mi caso el plan de acción de los líderes con los que trabajo.
Entender qué es un mapa mental Design Thinkin y cómo hacerlo es el primer paso para que mis clientes logren sacar el máximo partido a una sesión de mentoría o Stop&Go. Y es que en este tipo de sesiones es tal vez donde más los utilizo.
Las sesiones de Stop&Go están pensadas para ayudar a las personas que están al frente de proyectos a dar pasos adelante hacia su propósito y su bienestar profesional y personal. Quienes participan en un Stop&Go, ya sea individual o grupal, son personas que están liderando empresas o proyectando un cambio profesional que incluye la creación de su propio negocio.
Para estas personas, la esfera personal, la vocación y la esfera profesional son de vital importancia. Necesitan encontrar la forma de proyectar su actividad de tal manera que evitemos el desgaste innecesario, el estrés y la insatisfacción. Y una excelente manera es la creación de mapas mentales que les permita visualizar cada ámbito de sus proyectos.
¿Qué es un mapa mental Design Thinking?
Una de las herramientas que más utilizamos en las sesiones de Stop&Go son los mapas mentales de Design Thinking.
Un mapa mental de Design Thinking es una representación gráfica que tiene forma de esquema, visualizando conceptos y las diferentes relaciones entre los elementos que los conforman. Es una herramienta creada por el escritor y educador Tony Buzan con el objetivo de plasmar, de forma visual, las relaciones entre diversos elementos a partir de uno central, ordenándolos de manera clara y sencilla.
El mapa mental se utiliza para organizar y visualizar nuestro plan de acción. Es una metodología centrada en la persona para abordar problemas complejos y generar soluciones innovadoras. Es una de las técnicas usadas en Design Thinking, una forma de pensamiento que se basa en la comprensión profunda de las necesidades y deseos de los usuarios y utiliza enfoques creativos para encontrar soluciones efectivas.
El mapa mental sirve para ayudarnos a estructurar tu pensamiento y seguir una serie de etapas o fases en el proceso de creación de ese plan que va a ayudarte a manifestar el estilo de vida que deseas.
¿Qué es Design Thinking?
Por su parte, Design Thinking es un método que facilita la resolución de problemas de manera creativa e innovadora. Su traducción literal es “pensamiento de diseño”, y para ello mezcla las capacidades del pensamiento creativo con el pensamiento racional y pone en valor todo lo que la visualización de conceptos puede ofrecer.
Las soluciones de Design Thinking se centran en poner de manifiesto las necesidades de las personas, los requisitos del negocio y las posibilidades que puede ofrecer la tecnología, plasmándolas visualmente y generando relaciones entre ellas. Esto te permitirá optimizar los sistemas de trabajo, innovar para crear nuevos esquemas de funcionamiento, mejorar en la toma de decisiones estratégicas… Y todo ello tendrá repercusiones muy positivas para el conjunto de tu proyecto.
En definitiva, si Design Thinking es una forma de pensar que ayuda a resolver los problemas, el mapa mental es una de las técnicas que permiten sacar el máximo beneficio al Design Thinking estableciendo relaciones entre diferentes conceptos.
Las 5 etapas del Design Thinking
Para sacar el máximo partido a esta forma de plasmar ideas y conceptos, lo ideal es seguir las cinco fases que te cuento a continuación. Aunque eso sí, adaptando cada paso (y su secuencia) a las necesidades específicas del proyecto. Por ejemplo, algunos equipos de trabajo modifican algunas de las etapas o bien desarrollan los pasos en paralelo.
Estas son las 5 etapas del Design Thinking y, por lo tanto, las que deberás seguir para la creación de los mapas mentales:
- Empatizar. En esta fase busco comprender a fondo a las personas, sus necesidades, deseos, dificultades y contextos. En definitiva, trato de investigar y comprender el problema o las circunstancias en torno al proyecto. Las claves en esta fase son escuchar y empatizar. Para ello, suelo emplear técnicas como entrevistas, observación y dinámica relacional y grupal, por supuesto involucrando siempre a las personas que participan en el proyecto.
- Definición de los retos estratégicos. En esta etapa definimos claramente los grandes ejes estratégicos que van a regir el plan de acción. Tras un proceso de reflexión guiada, los participantes deciden cuáles van a ser los tres grandes retos en los que van a enfocarse. Algunos de estos retos pueden ser empresariales mientras otros son personales, ya que estamos trabajando en la globalidad de lo que la persona necesita.
- Ideación del plan de acción. En esta fase se trata de crear múltiples ideas para generar una batería de opciones entre las que elegir. Hay que echar una buena dosis de creatividad y capacidad de innovación, buscar alternativas y nuevas soluciones a través del braimstorming. En definitiva, en esta etapa se fomenta la generación de ideas creativas y soluciones potenciales para definir acciones concretas que acercan a la persona o su proyecto a la realización de los retos a los que se enfrenta.
- Proyección de futuro. Finalmente, el mapa mental y el proceso de Design Thinking recoge aquellos resultados que necesitamos que se vean realizados tras un periodo de tiempo definido.
- Evaluación. Por supuesto, la evaluación siempre es esencial. ¿Cómo está funcionando el plan de acción? En esta fase se realizan entrevistas o tests para evaluar la solución implementada, se utilizan técnicas de equipo como el focus group y se evalúan, en definitiva, los resultados conseguidos.
El mapa mental se utiliza como una herramienta visual para organizar estas fases, conectarlas y mostrar cómo fluye el proceso. Puede también incluir elementos adicionales como las herramientas y técnicas utilizadas en cada fase, los roles de los miembros del equipo y las relaciones entre las diferentes etapas.
Los principales beneficios de un mapa mental
Como decíamos, los mapas mentales son potentes herramientas para organizar las ideas. En ocasiones puede suceder que tenemos muchas ideas excelentes pero no somos capaces de darles forma. Y aquí un mapa mental te puede ayudar muchísimo, alumbrando todas esas conclusiones de un tema complejo de una manera realmente sencilla.
Además, los mapas mentales son una excelente técnica para fomentar la creatividad y la generación de ideas. A partir de una idea principal puedes utilizar los mapas mentales para generar un montón de ideas nuevas, utilizándolo como herramienta de brainstorming.
Asimismo, los mapas mentales te ayudan a la hora de decidir, permitiéndote considerar cada idea en relación a otros elementos del mismo mapa y viendo las repercusiones que cada uno de estos elementos puede tener en la decisión global.
Además, al representar cada concepto de manera gráfica y ordenada e identificar las relaciones entre ellos, te ayuda a jerarquizar la información y tus ideas de manera eficiente, clara e intuitiva, lo que te permitirá, por otra parte, ganar un discurso coherente, preciso y claro para exponer tu proyecto a, por ejemplo, posibles inversores y socios.
Como ves, los beneficios de los mapas mentales son muchos, y mucho más si se utilizan como parte de una sesión de Stop&Go. Son una herramienta ideal para desarrollar sus proyectos de una manera mucho más eficiente.
¿Cómo hacer un mapa mental?
A la hora de elaborar un mapa mental debemos partir de identificar los conceptos e ideas clave sobre el tema en cuestión. Después aplicaremos los siguientes pasos:
- Coloca la idea central en el centro de la hoja, utilizando palabras clave que resuman el concepto.
- Determina los conceptos importantes que surgen a partir del tema central, tantos como sean necesarios para desarrollar el proyecto. Por ejemplo, dentro de un plan estratégico empresarial podrían ser el plan de marketing, el plan económico financiero, el plan de viabilidad y las alianzas clave.
- Establece un orden jerárquico de las ideas para priorizarlas, colocando las ideas en el sentido de las agujas del reloj y de dentro hacia fuera.
- Relaciona los diferentes conceptos con líneas que los unan.
- Destaca las ideas enmarcándolas en alguna figura, como óvalos o cuadrados, o resaltándolas con colores, imágenes o cualquier otro elemento gráfico que permita diferenciarlas entre sí.
Además de estos cinco pasos, también es aconsejable que sigas estas recomendaciones para elaborar un mapa mental:
- Debe estar formado por pocas palabras que permitan sintetizar la información. Recuerda que el objetivo es plasmar la idea de una manera visual, por lo que te ayudará utilizar palabras clave e imágenes.
- Comienza siempre colocando la idea central en el centro de la hoja, remarcándola. A partir de ella, genera una lluvia de ideas relacionadas con el tema central. Distribuye las ideas en todo el espacio, evitando amontonarlas.
- Da rienda suelta a tu imaginación y usa tu creatividad para diferenciar las ideas y hacer más clara la relación entre ellas. Utiliza formas, colores, dibujos… que te permitan hacer tu mapa mental aún más visual.
- No pongas límite a tus ideas. No temas la falta de espacio. Si estás haciendo tu mapa mental en un soporte físico (en un papel, vaya) y ves que te estás quedando sin espacio, no busques la manera de ahorrar. Si se te acaba la hoja, simplemente pega una nueva. Que el papel no ponga límites a tu mente.
Como ves, un mapa mental puede ser una manera muy efectiva de proyectar tu actividad, fomentando la creatividad y la resolución de dificultades centrada en la persona. A mí personalmente me encanta hacer sesiones de mentoring en línea después de una sesión de Stop&Go y ver cómo mis clientes tienen su mapa mental colgado de la pared. Esto les permite hacer una rápida revisión visual de sus avances, y eso se nota.